El acervo energético que posee nuestro país, ayuda en la creación de estrategias para desarrollo nacional que combine el uso de los recursos naturales con la integración energética regional y mundial favorable para nuestro país, en el mediano plazo, una potencia energética con influencia mundial.
Debido al creciente aumento de la demanda de energía fósil en el mundo y la magnitud de las reservas de esas materias primas que posee, el petróleo continuará teniendo una influencia significativa en el futuro de Venezuela. Siendo este decisivo para la generación de inversiones productivas internas, la satisfacción de las propias necesidades de energía y para el apoyo al surgimiento y consolidación del Nuevo Modelo Productivo.
Frente a un mundo en desarrollo, hambriento de energía, no podemos negarnos a producirla aunque sí podemos y debemos condicionar la producción de acuerdo a nuestros intereses nacionales.
En cuanto al potencial hidroeléctrico, es necesario incrementar la capacidad de generación de energía hidroeléctrica y al mismo tiempo promover la producción termoeléctrica basada en el aprovechamiento de otro recurso en el cual poseemos ventajas como es el gas.
Objetivos:
1. Convertir a Venezuela en la potencia energética regional y fortalecer la integración latinoamericana y caribeña
2. Acelerar la siembra del petróleo, profundizando la internalización de los hidrocarburos para fortalecer la diversificación productiva y la inclusión social
3. Asegurar que la producción y el consumo de energía contribuyan a la preservación del ambiente
4. Propiciar un cambio radical hacia la generación térmica de energía eléctrica adicional, con base en el gas y otras fuentes de energía alternativas